viernes, 15 de abril de 2011

LA MAQUINA DEL TIEMPO



Quiero compartir con vosotros la maquina del tiempo que he descubierto. Una maquina que crea un tiempo de reflexión, meditación e incluso de desconexión.

Sin yo buscarlo me encuentro en un lugar diferente. Un lugar en el que nunca antes había estado…Se ha abierto una puerta a un lugar inesperado. Se ha abierto la puerta para que entre y sin dudarlo he cruzado a otra realidad. Parece que mas gente como yo ha sido invitada. Espero paciente en uno de los largos bancos que me invitan asentarme, rodeada de gente pero que a la vez no parecen ver al resto de personas. Llega mi turno, me informan de que ha llegado el momento de entrar.

El lugar es acogedor, un asiento rojo junto a la ventana invita a sentarme. Me siento. Dejo mis cosas entre las piernas. El resto de las personas entra conmigo y cada no encuentra su espacio. Alguna se queda en pie. Todas ellas miran al infinito, a un lugar sin fin, a otra dimensión. Ojos tristes, rostros apagados, miradas absortas…acaso no tienen motivos para sonreír? Observo a cada uno de ellos. Todos diferentes y cada uno una historia y aun así nadie dice nada. Observo sus miradas, intento entender su penuria, el porque de ese silencio, la raiz de esa tristeza… pero no hayo respuesta. Desisto, mi mirada se centra en la ventana. En el exterior la vida se sient, se palpa. Adentro silencio, tristeza y meditación. Afuera ruido, vida, movimiento. Prefiero seguir mirando por la ventana hasta que llegue mi turno. Por fin, alguien me llama.

Salgo y dejo a toda esa gente sumergida en su estado de trance. Yo he llegado a mi destino, esta es mi parada. Mañana volvere a coger el metro. Esta vez sonreire, tal vez alguien se contagie.


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